mi respeto a los toxicómanos
Este año he tenido la oportunidad de trabajar en un CAS, centro de atención y seguimiento al toxicómano.
Ya desde hace unos años que tenía contacto con toxicómanos pero sobretodo desde el punto asistencial de las urgencias. No conocía los recursos sociales ni el plan terapéutico que seguían en sus intentos de desintoxicarse o como se le llama coloquialmente “desengancharse”. Pues bien, ahora que he empezado a conocer cuales son las necesidades y dificultades con las que se encuentran estos “enfermos” diariamente quiero rectificar en las muchas veces que los he juzgado sin saber el por qué.
Todos pensamos que pasamos por las mismas oportunidades o que reaccionamos igual ante las cosa, por lógica todos creemos esto, pero no todo el mundo escoge la misma forma de vivir la vida.
Ahora comprendo y comparo la actitud que les lleva a consumir con un dolor de cabeza de esos insoportables en que necesitas tomarte algún analgésico y dormir porque si no piensas que te mueres. Pues cuando a ellos les entra el “mono”, la inquietud para encontrar su dosis debe ser la misma que sufrimos cuando no podemos aguantar ese dolor de cabeza.
Es necesario que todos en cualquier momento dejemos nuestros prejuicios a un lado e intentemos entender cuales son las circunstancias por las cuales acaban en el mundo de las drogas enganchados ya no para divertirse si no para sobrevivir. Pues eso, las drogas no son malas, son malas las consecuencias y sobretodo la dependencia.
Desde la dispensación de metadona, no solo te limitas a darla, si no a valorar como viene la persona, si la dosis es la adecuada, si es insuficiente o incluso si debes darle menos porque ha consumido… es un simple recurso que les ayuda a luchar cuando quieren dejar de consumir pero muchas veces ltambién se usa como recurso de reducción de daños. Esa dosis de metadona le hara consumir menos heroina.
Es su elección y por eso no podemos ponernos la etiqueta ni de jueces ni de policias, mandándoles u ordenándoles como lo tienen que hacer, deben ser ellos quienes aconsejados o supervisados por profesionales dirijan su plan de desintoxicación o su plan de vida, como queramos interpretarlo. No son todos ladrones, ni prostitutas, ni inmigrantes... en el ambiente de las drogas hay de todo, pero lo que nos molesta a todos siempre son los marginales... los que molestan en nuestros portales, o los que te machacan pidiendote cigarros...
Muchos de ellos ni siquiera tienen un apoyo familiar o un techo donde cobijarse por la noche.
La frase que me decían en casa cuando era adolescente: no todos los que fuman porros acaban pinchándose heroína pero si todos los que acaban enganchados han empezado por los porros. Pues creo que tenían razón. Yo he visto el proceso de gente que ha empezado a fumar heroína, inhalar cocaína y luego han pasado a la aguja… y eso no son años, si no meses o incluso días, depende de la historia de cada uno.
El mundo de las drogas, la heroína, la cocaína y el alcohol, es duro y triste, porque una simple sustancia que da placer hace que lo pierdas todo. La familia, los amigos, el trabajo, la salud, las ambiciones, los roles sociales e incluso las ganas de seguir viviendo; dejando marcas para toda la vida.
Escribo esto porque hoy saliendo de mi trabajo me he quedado observando a una pareja de chavales, de unos 25 años aprox., que estaban fumando heroína… mientras la fumaban la imagen no era una más de las miles que hemos visto en películas pero verlos luego con el colocon tirados en unas escaleras y sin poder articular ni palabra ni movimiento me ha dejado con la piel de gallina... Miles de veces he visto el ritual de inyectarse o he visto gente intoxicada, pero jamas he sentido pena como la de hoy viendo a esta pareja. Podia ser cualquier colega mio, mi hermana, mi primo… cualquier conocido… Ya os podeis imaginar lo desagradable que ha sido.
Una compañera y yo nos hemos puesto a comentarlo e incluso a ella se le ponian los ojos llorosos, ha sido una salida de curro dura.
Esa imagen queda grabada para unas cuantas reflexiones.
Hace unos meses leí el libro "los años de la aguja: del compromiso político a la heroina". Jancho y Javi son dos amigos y dos testimonios que explican su experiencia en el mundo de la drogas entre los años ochenta y noventa . Donde el desengaño politico, el deambular de un sitio a otro, la aparición del sida, la heroína, la cárcel... son los principales elementos de esta historia. Os lo recomiendo.
También os dejo el enlace de una serie de fotografías que plasman la vida de un drogadicto. Brutales imágenes, un poco bestias pero creo que hay que verlas.
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